El shock es real, las pérdidas salvajes y sin precedentes, el desafío formidable, pero la verdad es que las consecuencias, todavía, son una gran incógnita. El mercado ha reaccionado este lunes con violencia (tras una llamativa lentitud), al anuncio hace unos días por parte de una startup China del lanzamiento de iA Deepseek R1, un chatbot igual de poderoso que Gpt4, pero que ha requerido una inversión mínima de seis millones de dólares y el uso mucho más eficiente de menos chips que los usados hasta la fecha por las grandes tecnológicas estadounidenses.Es una sacudida que va mucho más allá de la confusión temporal de los inversores, la corrección, la toma de posiciones. Llega pocos días después de la gran apuesta de Donald Trump, ordenando “quitar barreras” y movilizando hasta medio billón de dólares para retener el liderazgo en el mundo de la Inteligencia Artificial. Y coloca a China quizás no al mismo nivel, pero desde luego no en la posición relegada que los grandes gurús de Silicon Valley parecían asumir, alimentando los miedos geopolíticos.Wall Street ha castigado a las empresas punteras occidentales en Inteligencia Artificial y sobre todo a Nvidia, la gran fabricante de chips, que a media mañana se dejaba más de 500.000 millones de dólares de valor, hasta un 16% por momentos, la mayor pérdida de una sola empresa en la historia del mercado. Otras compañías, como Arm, Broadcom y Micron, y especialistas en equipos de semiconductores como ASML registraron igualmente caídas muy notables en su valor. Las acciones de Meta, que hace apenas unos días anunció un gran inversión en centros de datos para entrenar inteligencia artificial, cayeron casi un 1%. La matriz de Google, Alphabet, y Microsoft, un 3,75%.Oracle, que la semana pasada se unió a bombo y platillo con OpenAI y SoftBank en Stargate, una iniciativa abanderada por Donald Trump que ha prometido invertir hasta 500.000 millones de dólares en los próximos años y hasta 100.000 en los próximos meses para revolucionar la IA, se hundía un 8% a las 11 de la mañana, mientras SoftBank se dejaba casi un 9% en Tokio. El Nasdaq, en su conjunto, más de un 3% con la sacudida.El terremoto llega además en un momento delicado, ya que Meta, Microsoft y otras grandes tienen que presentar sus últimos resultados trimestrales esta misma semana. Y aunque vayan a ser buenos, es inevitable que el grueso de las preguntas de los analistas a los dirigentes se centre en cómo van a moverse en un contexto de mayor competencia, de rivalidad desde otros países y sobre si las inversiones previstas son ahora competitivas, viendo que aparentemente hay otros que pueden llegar a resultado similares gastando un95% menos.Lo ocurrido tiene tres ejes interconectados. El primero tiene que ver con la volatilidad, no sólo en los mercados, que se presume a rachas, sino en todo lo que rodea la Inteligencia Artificial. Es el nuevo maná, y desde el lanzamiento de los chatbots cada nueva aporta