Quedaron los cabezas de cartel para el final de la cita. Uno tras otro, los dirigentes europeos de Patriots se habían sucedido sobre el estrado para condenar la inmigración, el “globalismo” y la “propaganda de género”, lemas recibidos con aplausos y vítores por los más de 1.500 concejales y simpatizantes de Vox que se habían dado cita. Pero fue al final, al tomar la palabra los líderes más reconocibles, cuando más eco han tenido sus palabras. Por lo que han dicho, y por lo que no. Abascal fue el último.”Vallas altas hacen buenos vecinos”, ha reivindicado el líder de Vox, tratando de sintetizar las dos ideas que han centrado esta cumbre, los dos argumentos que sirven de nexo para la mezcla de partidos que integran Patriots: la oposición a la inmigración y la defensa de la “soberanía nacional”. “Nos toca impedir que Bruselas siga destinando nuestro dinero a ideologías suicidas que pretenden la destrucción del patriotismo”, ha denunciado Abascal, para apostillar: “Aquellos a los que llaman fascistas somos los defensores de la libertad”.”No era eficaz seguir haciendo la lucha por separado”, ha reivindicado el español, buscando poner en valor los puntos en común con Orban, Le Pen, Salvini y el resto de sus “socios”, frente a aquellos que les separan y que, sin embargo, también han estado muy presentes en el acto de este sábado.El húngaro, cuya asociación con Abascal viene señalada por sus vínculos con Vladimir Putin, no ha dejado pasar la oportunidad de dejar clara su postura en esa materia, aunque esta genera reticencias en Vox. “Por culpa de Bruselas se esta destinando nuestro dinero a Ucrania a una guerra sin esperanza”, ha reclamado Orban, en la única referencia al conflicto que se ha hecho en toda la cita. La frase tiene además una doble lectura, pues aún vive la polémica por el préstamo de 6,5 millones de euros que Vox recibió de un banco húngaro participado por el Estado.Abascal, obviando las diferencias, ha alabado después a su “aliado”: “Ese al que han querido convertir en ogro de Europa se pasea y es querido en España, mientras Pedro Sánchez no puede salir de los cordones de seguridad”.En lo que sí han coincidido Orban y el líder de Vox ha sido en cargar contra la política migratoria europea, y la española. “Pisar la frontera sin permiso es un delito en mi país y el resultado es que el número de inmigrantes en Hungría es cero”, ha reivindicado Orban, pronunciando una consigna que el auditorio recibió con ovaciones cada vez que se repitió. También Marine Le Pen se ha referido a ello: “La política migratoria escapa cualquier control y la migración está vaciando nuestra tesorería y llenando nuestras prisiones”.De lo que no ha hablado la francesa es del aborto, otra de las materias que genera diferencias entre los partidos que integran Patriots. Sí ha celebrado la victoria de Donald Trump, pese a que en ocasiones ha mostrado su malestar con la posibilidad de que el estadounidense interponga arance